Pero voy a seguir en mi contradicción perpetua. Empiezo y ya se vera donde acabo.
Corto la cinta (con unas de esas tijeras gigantes de inauguración, que me hacen mucha risa) Y empiezo.
Tal vez gracias a esto consigo tratar mi logorrea verbal que sufro en el día a día.
(Por supuesto dedico el blog a mis mentores: los magos)
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